Cuando algo termina es inevitable no pensar en su
comienzo... luego de haber terminado con mi práctica docente, mi primer
acercamiento a un aula, pero esta vez ya no como estudiante sino como
profesora, No fue una tarea fácil, aquí les cuento un poquito como viví mi
experiencia... retomando fragmentos de mi diario, lo hablado en clase y
algunas fotitos, espero les guste.
Para comenzar, me gustaría contarles que mi práctica la realice en el Colegio N°8 "Maestras Lucio Lucero", en la asignatura de "Sociología" a cargo de la Prof. Rosa Somaré.
"Pensar
en mi primer día clases es traer a mi estomago una ensalada de emociones, si
bien me da alegría, también hay miedos, nervios, ganas de gritar y salir
corriendo… " (comienzo de mi diario)
"Al conocer los chicos, allá
por el mes de abril recuerdo que el sentimiento que predominaba en mi era la
ansiedad, es un excelente grupo, si bien son adolescentes tienen
características que les son propias que me encantan, por ejemplo no son
irrespetuosos, siempre hablan aportando a la clase, y son compañeros. En
realidad pensar en todo eso me tranquiliza un poco, pero no puedo evitar
pensar: les gustara lo que pensé para las clases? Se prenderán con las
actividades? Me abre preparado lo suficiente? Y si me preguntan algo que no
se?... también me asusta bastante saber que alguien me observa, si bien
supuestamente no es con un “ojo evaluativo”, no puedo dejar de pensarlo
así".(fragmento de mi diario)
Bueno, por donde empezar... primero, lo importante es
que no salí corriendo, y que a medida que fue pasando el tiempo y las clases,
cada una de esas preguntas se fueron respondiendo.
El grupo de los chicos son
dinámicos, participativos, a veces bulliciosos, pero me brindaron lo mejor de
si…
El tema que lleve a cabo fue el de “Movimientos
sociales”, tema que al principio me desconcertó un poco, pero a medida que iba
investigando y estudiando me fue apasionando, los que yo particularmente
trabaje o sobre los que puse mayor énfasis fue:








La primera clase a pesar de los nervios, intente
explicarle a los estudiantes el camino que juntos recorreríamos y también considere
importante que supieran que esta es una instancia de aprendizaje nuevo para mi también
y que cuando consideren que algo no es apropiado o yo no explique bien algo, no
duden en hablar conmigo para llevar esta actividad adelante y que sea satisfactorio
para todos.
La clase transcurrió sin
inconvenientes y al salir del aula sentí una gran satisfacción, por alguna
razón sentía que la primera clase seria la más pesada de todas.
A medida que fueron pasando las
clases sentí que me fui soltando cada vez más, si bien a los chicos los conocía
desde meses atrás, era mi turno de hacerme conocer, ellos me llamaron profe sin
problema, les entregaba las actividades, leí ante todo en voz alta para ver si había
alguna duda, y como en el diagnostico áulico realizado un tiempito atrás pude
ver que los grupos se encontraban bien definidos, se me ocurrió separarlos pero
no yo, sino el azar.
En una cajita introduje papelitos
de colores, luego cada estudiante sacaba un papelito y se juntaban de acuerdo
al color que cada uno saco, al principio dude en hacer esto, básicamente por
temor a que se revelaran y luego no quisieran hacer nada, por suerte eso no sucedió,
los chicos no se resistieron y se juntaron, en ese momento me di cuenta que el
azar es un poco raro, el grupo de las chicas siempre estuvo dividido en dos, el
azar mezclo esos dos grupos completamente entre si, pero el grupo de varones que
también son dos, prácticamente no los modifico.
La tercera clase, Rosa expreso
que en la cuarta y quinta clase ella no se encontraría, pero que iba a hablar
con mi preceptor para que viniera a observarme, luego de hablar con la catrera
no hubo inconveniente. La tercera clase vino el preceptor como había acordado y
todo salió de maravilla, les dije a los chicos que le contaran sobre lo que estábamos
trabajando y la verdad creo que suspire por dentro, me sentía orgullosa e
imagino mis ojos en ese momento, se peleaban por hablar, y son chicos de
secundario que no es un detalle menor, le explicaron que no todos los grupos
eran movimientos sociales, que habían cuestiones que los distinguían y que han existido millones a lo largo de las
historia, unos mas reconocidos que otros, pero sin duda todos contribuyeron al
cambio y al mejoramiento de la sociedad.
“El prece” como ellos lo llamaban tenia un excelente vinculo con
ellos, los conocía, se hacían chistes, los ayudo en la clase, y para mi fue muy
bueno que el asistiera y se acercara ofreciéndome su ayuda, la verdad no había tenido
muchas oportunidades anteriormente para dialogar, la verdad súper agradable, la cuarta clase trabajamos sin problemas. A la
hora de la quinta clase comenzamos normalmente pero esta vez Luciana (prof. De la
práctica) fue a observarme, y nuevamente el preceptor, comencé con mi clase
hasta que en un momento esta fue interrumpida por la directora, quien llamo al
preceptor, luego el mismo me llamo a mi y me explico que la directora lo había retado
por estar en mi clase, yo le explique le Rosa había pasado una nota notificando
que él estaría y la directora no tuvo objeción, él se disculpo y se retiro, la
verdad me quedo un nudo en la garganta y un signo de pregunta inmenso en mi
cabeza, creo que fue el peor momento de mi práctica, no sabia que hacer, la
Profe Luciana me vino a observar, no podía abandonar mi clase, pero a la vez me
parecía muy injusto lo que había sucedido, qué tenia que hacer era mi pregunta,
ir a hablar con la directora, y si resultaba peor?.
Con mi nudo en la garganta volví
a entrar al aula, los chicos empezaron a exponer.
Entre las actividades que tenían que
hacer, se encontraba el de “Elegir un movimiento social”, investigar sobre él,
y exponerlo en grupo…
Quede totalmente sorprendida, en
primer lugar por los movimientos que eligieron, y por toda la información que
buscaron, creo que fue una excelente actividad y el hecho que ellos pudieran
elegir sobre que movimiento querían trabajar fue muy motivante.
Carteles:
La devolución de ese día fue realmente magnifica, la
profe contenta al parecer le gusto, mis compañeras dijeron que había sido una
clase muy linda, el problema era yo. Al terminar mi clase lo busque al
preceptor para preguntar bien sobre lo ocurrido pero no lo encontré, con un
sabor amargo me fui a casa y ese mismo día llame a Rosa para comentarle.
Llego la sexta y ultima clase, estábamos todos, esta
vez la Profe Mónica, Rosita, mis compañeras pedagógicas, los chicos chicos con sus
láminas terminaron de exponer, fue muy gratificante escucharlos hablar, y saber
que ellos se habían interesado y comprometido con la actividad, para finalizar
les lleve un texto de Pablo Gentili “El zapato perdido”, un texto que yo leí en el primer año de mi carrera y
realmente me movilizo, a la hora de hacer mi planificación lo recordé y pensé que
también a ellos les podría gustar, hicimos un par de reflexiones, colgamos los
carteles, les dí mi devolución y pedí la mía también.
Escucharlos me lleno de felicidad, entre lo que me
expresaron se encontraban cosas como:



y con un poco de nostalgia les dije un hasta pronto,
las despedidas no me gustan y espero volver a encontrarlos en algún momento.

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