miércoles, 8 de mayo de 2013

"Capitulo V: En el centro de nuestra profesión: La Exigencia" (Cartas a un joven profesor- Philippe Meirieu)

"No se trata de sustituir placer por dura ley de trabajo forzado, sino que consiste en acompañar en la evolución de un sujeto para que halle placer en un trabajo asumido.
Implica una exigencia recíproca. Todo se encuentra en la exigencia, sino seria abandonar a los alumnos en la mediocridad mediática y de excluirlos en cualquier auténtica cultura..."


Integrantes: Fernandez Guardia, Erika; Pungitori, David; Tevez, Luciano

martes, 7 de mayo de 2013

Entre el amor a los alumnos y el amor al saber no tenemos porque elegir






Carta a un joven profesor
Philippe Meirieu
Capitulo 1:
“Entre el amor a los alumnos y el amor al saber  no tenemos porque elegir”

Philippe Meirieu muestra las principales preocupaciones que atañe a nuestra generación, a la cual considera como una generación pragmática, inquieta y que establece como idea fundamental la preocupación por aprender. Ser docente significa aceptar las consecuencias de esta profesión y retomar día a día la rutina de lo cotidiano que esta conlleva. Aunque, al mismo tiempo se pretende dar sentido al proyecto de enseñar en la búsqueda de “ese algo” que nos ha hecho escoger este trabajo. También queda patente la relación entre los maestros y los niños a través de la transmisión en la clase, lo que hace que la profesión adquiera sentido, a pesar de los problemas externos que nos preocupan.
LA IDENTIDAD PROFESIONAL: Es la intencionalidad profesional la que lo instituye como profesor: conocimiento y pasión

El profesor se dedica a enseñar y  su proyecto es el acto pedagógico: ese momento extraordinario en el que contra todas  las dificultades en la clase se enseña y se aprende: los alumnos comprenden, progresan. El entusiasmo genera el placer.
El proyecto de enseñanza implica  que el profesor considere a niños y jóvenes tanto como a los conocimientos: de manera original.
Se considera central superar la representación que separa maestros de profesores:
ü Enseñar es difícil cualquiera sea el nivel y siempre requiere:
ü Conocimiento profundo de lo que se enseña
ü De los procesos mentales en los que hay que incidir
ü Recursos, estrategias, compromiso
La verdadera enseñanza en todos los niveles adopta a la vez el carácter inquietante del encuentro con lo desconocido y el apoyo que aporta la tranquilidad necesaria: el oficio de enseñar asocia en un mismo gesto profesional el saber y el seguimiento.
Enseñar es organizar la confrontación con el saber y proporcionar ayudas al alumno para que pueda hacerlo propio
Enseñamos para que los demás vivan la alegría de nuestros propios descubrimientos.
El profesor no es:
Ni un erudito
Ni un psicólogo
Ni una yuxtaposición de ambos;
Es alguien…es un profesional que tiene un proyecto propio: generar un acto pedagógico, y es que no importa donde se enseñe y cual sea el publico, siempre se enseña algo a alguien.

lunes, 6 de mayo de 2013



Capitulo 2: Enseñemos para que los demás vivan la alegría de nuestros propios descubrimientos.

Toda la vida seguimos siendo el alumno del maestro que nos ha abierto las puertas del saber y le estaremos siempre agradecidos. Es la sensación de que sucede “algo” importante que compromete a todo vuestro ser: corazón e inteligencia. Su influencia nos ha ayudado a construirnos.
Todo esto es lo que nos alienta a intentar que se produzca el acto pedagógico. Entonces aspiramos a un encuentro ideal con alumnos perfectos.Pero al chocarnos con la realidad: tanta burocracia institucional, más el alboroto de los niños, nos irritamos de manera casi permanente, sacando esta situación alejado de lo esencial; parece que tienen como objetivo principal que no enseñemos. Propone el autor que halla un acercamiento desde la administración para con los alumnos y a partir de un diagnóstico conseguir una eficacia inmediata, identificar, proponer en práctica remedios necesarios.

En nuestro capitulo se menciona un ejemplo sobre la esencia de lo que el autor, a nuestro parecer, quiere transmitir. Es el caso del Profesor Germain, recordado por su alumno Albert Camus. Luego de muchos años este ultimo le escribe una carta al profesor que dejó en su vida una huella imborrable



París, 19 de noviembre de 1957.

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo.

Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continuarán siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.

Lo abrazo con todas mis fuerzas.

Albert Camus.


Abigail, Cecilia, Luciana y Janet

Carta a un joven profesor. Philippe Meirieu


Capítulo 3: “Nuestro proyecto de transmisión no puede conciliarse con las presiones sociales que sufre la escuela”


La institución quiere democratizar el acto pedagógico, es decir hacerlo accesible a todos sin perder el carácter extraordinario. Para ello, Meirieu propone como requisitos: generosidad en el propósito, es decir voluntad de no hacer el encuentro con el saber sólo para la elite sino para todos; y verdadera democracia, ofreciendo a todos los alumnos los medios para comprender el mundo y ocupar un lugar en él.
El problema surge, dice el autor, cuando un proyecto educativo se engrana según la demanda social y las reformas se precipitan sin un horizonte político preciso. En este sentido, hubo un frenesí reformador, una “explosión educativa”: instauración de la escuela única en 1975, renovación de los colegios y los institutos en 1981, ley de orientación que implanta los ciclos en la escuela primaria en 1989 y, creación de multitud de ramas y clases especializadas. Esto conlleva a una escuela que inventa multitud de dispositivos y acaba por perder de vista el cara a cara pedagógico.
En base a esto, el autor aconseja, que es necesario adueñarse del proyecto de la escuela o centro de enseñanza para poner en su punto de mira el acto pedagógico. No hay que olvidar nunca que se trata de la transmisión, por tanto, del encuentro con la cultura de los hombres. No hay que perderse en los delirios organizativos, sino que hay que entregarse a proyectos que apoyan nuestro deseo de enseñar y suscitan la voluntad de aprender de los alumnos. Siempre hay que facilitar que todos los alumnos progresen, y para ello el seguimiento, la labor individualizada, el codo a codo, son necesarios.

Carta a un joven profesor. Philippe Meirieu



Capítulo 6:
“Una preocupación que no tiene por qué ruborizarnos: La disciplina en clase”.

En este capítulo Meirieu nos hace reflexionar sobre lo importante que es, como docentes y en nuestro caso como futuros pedagogos, tomarse el tiempo para planificar una clase, buscar los materiales a trabajar y hacer que todos los alumnos participen de manera activa, sin excluir a ninguno, asumiendo un verdadero compromiso frente a esta tarea de educar, y teniendo en cuenta que la disciplina pasa por armar un proyecto pedagógico, donde se dan las pautas de convivencias a seguir dentro del aula,  siendo el docente el ejemplo a seguir, sin contradecirnos con el decir y el hacer.
Si bien en la actualidad estamos viviendo en uno sociedad de la tecnología, donde las imágenes se llevan todas las miradas, y es más difícil llamar la atención de los estudiantes, eso no significa que no podamos llegar a nuestros alumnos y lograr movilizarlos.
 Como futuros docentes, hay que siempre estar atento a los cambios, y que los mismos no nos superen, sí,.. no es fácil los tiempos que nos esperan, pero no imposible ,los cambios son buenos y hay que adaptarnos a los mismos, teniendo en cuenta que hay que actualizarse cada día , porque esa es la tarea que nos espera y el compromiso que hay que tener encuenta.
Todo depende de nuestro esfuerzo y dedicación.






                                                                                          Antonella, Laura, Marianela y Mariana.